Mi testimonio del terremoto

Estaba en mi oficina, dentro del edificio de Humanidades. De repente, sonó la alarma sísmica. Sonó a máxima potencia... y cuando suena así es porque el terremoto va a ser fuerte. No recuerdo muy bien esos momentos. Todo es confuso en la memoria. Sólo recuerdo que vi a otras personas correr hacia los jardines en frente del Bernal y yo también corrí. Ya no era Sergio. Solo era un animal que escapa de un peligro, por instinto. Recuerdo cómo se movía el edificio, cómo sonaban sus muros y cristales y cómo se movía la tierra, como una serpiente gigante. Recuerdo una sensación de mareo. Y lo primero que pensé fue en mi esposa. Quería llamarla, pero dejé el celular en la oficina. Mi mente solo podía pensar en ella. Fue triste no poder estar con ella en esos momentos, no poder abrazarla.

¿Qué ha significado para mí esta experiencia? No lo sé aún... estoy procesándola, estoy pensándola. Sentí de nuevo esa tristeza de estar tan lejos de mi familia...no por mí, pues estoy acostumbrado a la libertad de vivir lejos de mi tierra de origen. La tristeza es por ellos, por mi padre y mi madre, que estaban preocupados y están lejos, muy lejos, sin poder abrazarme.

Sentí también la importancia del amor. Quería tranquilizar a mi esposa. Ella vivió el terremoto de México de 1985. Ella era niña entonces y vivía en la Ciudad de México. Y en este nuevo terremoto vivió un ataque de ansiedad... recordaba los gritos de las personas que estaban atrapadas en los edificios... recordaba el olor a muerto... recordaba la angustia. Quise ayudarla a dejar de recordar, a concentrarnos en la alegría de estar vivos, sanos.

Con el paso de los días permanece la tristeza de pensar en las personas que han perdido la vida, o que han perdido a familiares... o que han perdido sus casas. También todo esto es un golpe de conciencia de la fragilidad de la vida y de la importancia de la solidaridad. No somos individuos aislados... somos parte de comunidades humanas. Es una oportunidad para escapar por un momento de la adicción al egoísmo.

Y también queda la intensidad del vínculo que tengo con México y los mexicanos. Estas experiencias me hacen sentir parte de este pueblo. Nada une más que sufrir junto a otra persona, que compartir una catástrofe.

Comentarios

  1. Tu escritura es maravillosa. En particular me gusta la frase, "No somos individuos aislados... somos parte de comunidades humanas. Es una oportunidad para escapar por un momento de la adicción al egoísmo." Creo que un incidente como este nos recuerda que nuestras vidas son frágiles y tenemos que apreciar más.

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  3. Hola, Sergio.
    Yo también estaba muy muy rejos de mi familia. (Creo que todos nosotros extranjeros sí.)
    Por eso, yo estaba nerviosa. Pero en mi caso, ya sabía que mi familia estaba bien porque ellos estaba en Japón y yo también estaba bien. Entonces, no me preocupé tan mucho como usted. Buena suerte.
    Ahora, extraño mi familia un poco...

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  4. Lo siento mucho, su experiencia debe haber sido tan horrible. sólo puedo imaginar cómo debe ser para tener a sus seres queridos en tales posiciones. Espero que su esposa se sienta mejor y no se recordará de todas esas malas experiencias de nuevo. extrañamente creo que todos nos sentimos un poco más mexicanos después del terremoto, incluyendo los internacionales.

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  5. Hola Sergio, es muy triste! Tienes razón con tu frase : "Todo es confuso en la memoria." He sentido el mismo en el momento del terremoto. El memento es muy rápido, pero en el mismo tiempo es ralentí. Me alegro de que tu mujer esté bien!

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  6. Espero tu esposa está bien y que este terremoto no le trajo muchos recuerdos. Estoy muy feliz que no mas personas lesionadamos.

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  7. Siento mucho lo que tienes que sentir. Espero que su esposa está bien y te hayas recuperado bien. Te deseo que fuera la última vez.

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  8. Tienes razón. El desastre hizo la gente pensar lo que nosotros no podemos vivir sólo y tenemos que unirnos para la sociedad y cuidarnos para convivir. Si tiene la familia, sentiría aún más la importancia de otra persona. Pero aquí sentí una cosa con que estuve muy emocionado. Fue lo que se encontró el centro de acopio por todas partes enseguida que el terremoto ocurrió aunque aquí tambíen se sufrió la calamidad. Me parecieron tan amable los mexicano. Por lo tanto, supongo que México es más avanzado que Japón en este respeto.

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